miércoles, 19 de julio de 2017

The Mynabirds | Generals


Escrito para Revista Metrónomo

Comunicar la actualidad musical, de hecho la actualidad en general, es una labor constante de investigación y búsqueda imparable, y más si se ocupa de todas esas propuestas alejadas del comercio y los esquemas. Por eso, en una de esas tardes de intentos y descubrimientos, me topé con la noticia del lanzamiento del segundo álbum de una agrupación originaria de Nebraska, aparente y para mí, totalmente desconocida.

The Mynabirds, comandados por Laura Burhenn, debutó en el 2010 con What We Lose in the Fire We Gain in the Flood, un disco bien recibido por el público y especialistas. Según la prensa, lleno de cantos de sirenas inmersos en un folk-pop dulce y melodioso; referenciado en la banda a la que Burhenn apoyó en vivo por unos años, The Bright Eyes: rock independiente que encuentra poder en sus letras críticas y filosóficas. En ocasiones comparado con Bob Dylan y en otras más depresivas con Leonard Cohen.

…un proyecto que debe ser tenido en cuenta, una apuesta sencilla pero innovadora que ha logrado en muy poco definir un registro creativo y emergente.

Dos años después, alejándose de su predecesor, Burhenn y compañía presentan un trabajo descrito por ella misma como más personal y transmisor de todo eso que lleva dentro. Generals comparte con su autora, esa ira interna convertida en energía positiva y encausada en 10 cortes repletos de poderío femenino, apoyado en los coros por una unidad seductora. La instrumentación cercana a los sonidos de los años 70 se adentra en el rock, también el soul y en el folk, una suave transgresión de pianos y percusión.

“Karma Debt”, la primera canción del álbum, es un susurro creciente que rompe el silencio diciendo “here we go…”, una introducción a un río de contrastes y secuencias organizadas de manera acertada. La percusión y la voz son los elementos más relevantes en esta pieza; durante los minutos siguientes en “Wolf Mother” y “Generals”, este instrumento será consecuente. Cada 3 minutos cambia de intención, volviéndose más rudo y potente.

Continuando con “Radiator Sister”, una versión más alegre de esta mujer y su grupo, divertida y fresca, el piano empieza a tomar el papel principal, aunqué aquí se asoma rápidamente.

Si bien toda la lista de canciones comparte una interpretación inspiradora y real, es quizás en “Disaster” y “Mightier Than The Sword” en donde cobran más importancia. En la primera, es el apoyo coral el que brilla y en la segunda, la voz de Burhenn se muestra limpia e ininterrumpida. Hasta aquí, el álbum me ha mostrado un juego de egos en el que cada parte tiene su momento y se engrandece, algunas repiten, pero todas ganan protagonismo desplegando un gran talento colectivo.

Así, la experimentación y romper el molde, incluso el propio, también se incluyen: “Body Of Work” y “Disarm”, esencias diferentes, se alejan del dinamismo melódico de todo lo anterior, en su mayoría retrospectivo, marcándose nuevamente en “Buffalo Flower” y “Greatest Revenge”: resumen en sí mismas todas las fórmulas usadas para crear este disco, agregándole grandes dosis de aires vintage.

De está forma se completa la lista del segundo trabajo discográfico de The Mynabirds, desde mi perspectiva y mi impresión, sólo puedo agregar que es un proyecto que debe ser tenido en cuenta, una apuesta sencilla pero innovadora que ha logrado en muy poco definir un registro creativo y emergente. Un buen disco de lo que parece ser una buena banda.

Espero mi intuición no me traicione. Mejor aún, espero no ser muy pretenciosa.R

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